ENSAYO
2
¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL FORMAR VALORES?
"No
estamos tratando aquí de saber qué es la virtud sino de volvernos mejores"
Aristóteles.
¿Por qué es tan difícil formar valores?
Porque, a diferencia de las normas, los valores son convicciones, son
comportamientos que decidimos con gusto y nos producen satisfacción. Las normas
las podemos acatar a pesar de nuestra voluntad, pero los valores tienen el
respaldo de nuestra voluntad. Hemos aprendido su importancia por los beneficios
que nos producen, individuales y colectivos.
Las personas que en nuestras vidas
tienen un rol de liderazgo son quienes nos transmiten más valores. Por eso no
es casual que ellas sean nuestros padres, hermanos mayores, abuelos, ciertos
familiares, maestros, compañeros estudiantiles que admiramos, profesores y
jefes.
Pero para poder transmitir algo hay que
poseerlo, y sólo se transmiten a través del ejemplo práctico cotidiano de las
actitudes y conductas. Es muy poco probable formarlos con grandes explicaciones
o a través de una lista de lo que se considera correcto o incorrecto. La
memorización de sus significados teóricos no garantiza que los valores se
pongan en práctica.
Se revela entonces el lugar y el papel
de la cultura, los valores y la educación en el mundo de hoy. Y la complejidad
que adquiere la concepción, proyección y ejecución del proceso de formación o
educación de valores.
En las condiciones de la sociedad
contemporánea, se inscribe y concibe el problema como la relación entre
axiología y educación, los que sin dudas, refiere ante todo, la cuestión del
imprescindible enfoque axiológico de la educación. Se trata entonces de hablar
de los nexos, los puntos de contacto, entre la educación y la axiología; ello
no resulta difícil pues lo axiológico es consustancial al desarrollo del ser
humano, que deviene entonces, la formación de valores inherentes a la
proyección y ejecución de la educación. Por tanto, la problemática axiológica,
está dada en el papel que asumen los valores en el complejo y contradictorio
presente, en el que está en juego la propia existencia humana, de ahí, la
importancia de determinar y defender todo lo que resulte valioso para el ser
humano y para la vida.
Pero centrémonos en nuestra región y en
nuestra escuela en particular, donde la gran intolerancia de los niños es
impresionante, tanto que llegan a desquitarse con amenazas graves, e intimidan
a los demás compañeros si no los aceptan como son y si no se ríen de sus
acciones. Es tan grave esta situación que los mismos docentes en ocasiones
optamos por permitirles que hagan cosas indebidas, como que salgan del salón
sin pedir permiso, que coman dentro del salón, todo por no tener inconvenientes
con ellos.
Es necesario que nos pongamos la mano en
el corazón y pensemos verdaderamente en nuestros niños y que desde ellos
podemos educar a sus padres, los primeros formadores y los responsables de su
actual comportamiento, por ello LO QUE
LLEVO EN MI MOCHILA, es un conjunto
de actividades que involucra a los padres y que a partir de talleres, juegos y
dinámicas, los niños reflexionan sobre sus acciones y pensamientos. Pero esto
no puede quedarse en una actividad lúdica.
LO
QUE LLEVO EN MI MOCHILA, debe
de ser constantemente evaluada mediante la autoevaluación y registrada en una
planilla como si fuera de notas pero que no denotara si el niño hizo o no el
taller sino cuanto a progresado.
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